lunes, 11 de enero de 2010

PRÓLOGO 'EL ESPÍRITU ETERNO'

Cuando Elena me pidió que le hiciera un prólogo para su libro no supe qué contestar, literalmente no abrí la boca. Siendo sincera no me gustan los libros y por muy amiga que sea no había leído el suyo. Como cualquier ser humano normal, cuando llego a casa cansada de trabajar lo que más me apetece es desconectar y utilizo lo único que han inventado para lo que no se necesita tener cerebro, si acaso alguna neurona que se escape de vez en cuando para indicarle al dedo que marque el botón y cambie de canal. La televisión cumple bien su función.
Pero claro esta vez era diferente, existía aquella norma no escrita impuesta por algún insensato solitario y que llamó 'responsabilidad para con los amigos', y no me podía escaquear. Entonces al llegar del trabajo no me encontraba mirando la pantalla del salón, con sus luces y su volumen desproporcionado, sino en el rincón de lectura, con un cómodo sofá y una lámpara para lo propio, que nunca había estrenado. Y comencé el libro, después de unas cuantas llamadas insistentes y acosadoras de mi 'querida' amiga. Así fue como empecé la historia pero no como la terminé. Resulta que un día caí en la cuenta de que esperaba con ansiadas ganas el momento de llegar a mi casa, sentarme en el sofá con una copita y continuar la lectura. El relato me captó al momento, quizá por tratarse de un tiempo que suena lejano pero que sigue muy presente, o porque la historia mezcla la intriga y el suspense con una buena historia de amor, de las imposibles y difíciles que tanto nos gustan a las mujeres. Sea como fuere tengo que admitir que la escritora, con quien tengo el placer de compartir una gran amistad desde los tiempos universitarios, ha encontrado ese hilo conductor que une todo lo necesario en una buena novela y que está presente en cada capítulo, con un resultado atrayente y sorprendente.
Deseo hacer saber a todos los lectores que este prólogo se lo podrán saltar pero el libro querrán leérselo de principio a fin, y puede que incluso repitan, como me pasó a mí.
Enhorabuena Elena, has tenido un libro precioso.

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